jueves, 4 de marzo de 2010

CABEZA DE CARRERA

La mañana del domingo comenzó tranquila, soleada y con poco viento. La ciclo génesis explosiva no estaba invitada a la carrera de Fitero y los ciclistas agradecimos no tener como rival a un fenómeno de éste tipo.

La carrera constaba de cuatro vueltas a un circuito de poco más de 25 kilómetros pasando por las localidades de Corella, Citruénigo y Fitero.

La prueba no tenía dificultades montañosas, con lo que al ser completamente llana, se esperaba una carrera loca, con muchos ataques.

La velocidad desde el inicio de la prueba fue elevada y los intentos de fuga se producían constantemente.

Por nuestra parte estuvimos muy atentos a todos los cortes que se producían y siempre estabamos metidos en la pelea.

Al comienzo de la tercera vuelta el viento fue más intenso y a la salida de Corella se produjo un corte de ocho corredores en el que conseguí entrar. La colaboración entre nosotros fue perfecta desde el primer metro de diferencia.

Comenzamos la cuarta y última vuelta con un minuto de ventaja sobre el pelotón. Los relevos seguian a buen ritmo y los ánimos entre nosotros no cesaban. Al paso por las localidades de Corella y Citruénigo la gente aplaudia al paso de los corredores mientras se tomaban sus "cacharritos" antes de ir a comer.

A falta de pocos kilómetros para la meta el pelotón nos recortaba la renta de tiempo conseguida y por nuestra parte el ritmo impuesto era fuerte. Cada uno de nosotros quería llegar a meta fuese cualquiera el resultado.

El desenlace fue accidentado. En el último kilómetro, ya en las calles de Fitero, había dos curvas peligrosas y en las dos se produjeron caídas. La peor parte se la llevó el corredor Javier Ruiz que sufrió un accidente que pusieron los pelos de punta a los espectadores.

La sangre fría que llevas en esos momentos hace que en un primer momento no te asustes e intentes esquivar al corredor herido. Posteriormente analizas las imágenes que tienes grabadas en la memoria.

En éste deporte se toman riesgos. Cada uno tiene que ver donde está el límite.
Desde aquí deseo a Javier Ruiz que se recupere lo antes posible y compartir con él más jornadas de ciclismo como la del domingo.

Edu Marquinez

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